Investigadores del Pennington Biomedical Research Center (ubicado en Luisiana, Estados Unidos) estiman que la obesidad puede ser transmitida de la misma manera que un resfriado común, es decir, mediante un virus. Según pudieron determinar, el adenovirus, que es altamente infeccioso y permite la multiplicación de las células adiposas, puede contagiarse por estar en contacto con manos sucias o a través de la tos.Las pruebas efectuadas por los científicos estadounidenses incluyen a ratones y pollos de laboratorio los que, luego de ser infectados con el virus, experimentaban un aumento de peso mayor y más rápidamente que otros que no tenían el virus y comían la misma cantidad de alimento.
La investigación realizada después en humanos determinó que alrededor de un tercio de las personas adultas obesas son portadoras de ese virus. Éste ingresa al organismo por los pulmones y se propaga por todo el cuerpo con gran velocidad. Entre los sitios donde se aloja se encuentran las células adiposas, las que aumentan en cantidad debido a que el virus va reproduciéndose en ellas.
Antes de provocar algún tipo de alarma pública, los expertos se apresuraron en afirmar que existen otros factores que son determinantes para que una persona sufra sobrepeso y que, los resultados de este estudio, de ningún modo dejan sentado que se debe evitar el contacto con las personas obesas.