Muchos padres manifiestan preocupación si sus bebés no han defecado en todo el día y piensan que el pequeño puede estar estreñido. Antes de asustarse es bueno tener en cuenta lo siguiente, si el bebé está siendo alimentado sólo con leche materna, no es común que padezca de estreñimiento.
Lo que en realidad sucede es que, al ir creciendo, aumenta la cantidad de nutrientes que el bebé aprovecha de la leche materna y, por lo tanto, se reducirá la cantidad que deseche a través de las heces. El bebé podría llegar a estar hasta 5 días sin defecar pero, si esto ocurre, cuando llegue el momento deberá presentar una consistencia blanda.
Por el contrario, si las heces tienen forma de pequeñas “bolitas” y son duras, es probable que el bebé esté padeciendo estreñimiento. Esta situación se puede deber al comienzo de la utilización de leche artificial o bien a los intentos por hacer que la leche materna sea más espesa y nutritiva.
Si el bebé sigue estreñido y además se presentan vómitos o hinchazón de barriga, es aconsejable consultar al pediatra de cabecera lo antes posible y evitar, a menos que el profesional así lo indique, las infusiones o “agüitas” para tratar de mejorarlo.