Evitar la resequedad de la piel

Son numerosos los factores que pueden llegar a producir la deshidratación de la piel, haciendo que ésta se reseque, acarreando la aparición de fisuras y haciendo que luzca envejecida. Entre los que más daño producen se encuentran los cambios bruscos de temperatura, el viento, la humedad y los ambientes sobrecalefaccionados.

Por lo antedicho se puede deducir que resultarán más dañadas aquellas zonas de la piel que están más expuestas a la acción de esos agentes y, por lo tanto, son las que mayor protección deberán recibir. Entonces, para evitar los labios agrietados, la irritación nasal, las manos ásperas y el rostro frío, deberás tener en cuenta lo siguiente:

- Rostro: es recomendable la utilización de alguna crema hidratante (con base de colágeno, urea, lactato sódico, etc.) antes de salir a la calle y varias veces a lo largo del día, así podrás evitar el empobrecimiento hidrolipídico y contar con una buena barrera protectora.

- Labios: opta por alguna crema con base de Rosa Mosqueta y evita a toda costa humedecer con saliva tus labios aunque los sientas secos, si lo haces sólo conseguirás aumentar la irritación.

- Manos: en este caso se recomienda utilizar cremas que contengan vitamina E y que sean muy hidratantes, porque representan una de las partes de tu cuerpo que más expuestas están a los efectos negativos del entorno.

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