Un grupo de científicos de la Universidad Northwestern de Illinois (Estados Unidos) realizó un estudio mediante el cual se pudo comprobar que, en el peso de un individuo, no sólo influye el tipo de alimentos que ingiere sino también el momento del día en el que lo hace.La investigación tuvo como protagonistas a ratones, los que fueron divididos en dos grupos, uno de los cuales fue alimentado durante horas diurnas y el otro durante horas nocturnas (sobre todo cuando deberían estar durmiendo); cabe destacar que todos los animales hicieron la misma cantidad de ejercicio.
El grupo de ratones que fue alimentado con una dieta rica en grasas pero en horas diurnas terminaron pesando bastante menos que aquellos que recibieron su ración de alimentos durante la noche. La diferencia llegó a ser de hasta un 7,8% menos, a favor de los que comieron a lo largo del día.
Para los investigadores de la Universidad Northwestern los resultados obtenidos pueden perfectamente trasladarse a los seres humanos, convirtiéndose en información relevante para aquellas personas que están intentando adelgazar. Lo más importante, a modo de conclusión, implica eliminar o reducir los “caprichos” nocturnos.