Muchas parejas se preguntan si es posible elegir el sexo del bebé sin que sea necesaria la intervención de la medicina, es decir, dejando de lado la fecundación in vitro y la inseminación artificial. La respuesta es afirmativa aunque, cabe aclarar, que no se trata de una ciencia exacta sino de una serie de técnicas que permiten aumentar las probabilidades de que un bebé sea de un determinado sexo.
En primera instancia, se debe tener en cuenta que los espermatozoides que permiten que nazca un varón, o sea los Y, tienen un movimiento más rápido pero son más delicados y débiles, además de vivir menos tiempo. Mientras que los espermatozoides X, que determinan que el futuro bebé sea una niña, presentan un movimiento más lento, pero tienen más resistencia y consiguen vivir más tiempo.
Con esta información es posible que los padres puedan elegir el sexo del bebé de acuerdo al momento en el que mantienen relaciones sexuales; si éstas se producen en los días próximos al momento de la ovulación serán mayores las probabilidades de que nazca un varón; pero si se aguarda hasta tres o cuatro días antes de la ovulación, serán los espermatozoides X los que contarán con mayores chances de fecundar el óvulo.
A continuación publicamos otras sugerencias para aumentar las probabilidades de elegir el sexo del bebé:
- Si la pareja desea que sea un varón: las relaciones sexuales deberán mantenerse sólo cuando se espera la ovulación o las veinticuatro horas previas o posteriores a ésta; optar por una posición donde se logre una penetración más profunda y, finalmente, el hombre debe evitar usar ropa interior o pantalones muy ajustados y bañarse con agua muy caliente, porque el calor puede hacer que los espermatozoides Y mueran más fácilmente.
- Si la pareja desea que sea una nena: las relaciones sexuales deberán mantenerse tres o cuatro días antes de la ovulación; adoptar posiciones donde no se logre una penetración profunda y hacer que el hombre tome baños de agua caliente antes del coito.