La American Journal of Clinical Nutrition ha publicado un estudio donde se establece que comer lentamente y masticando despacio, no sólo permite disfrutar más de la comida sino también reduce las cantidades ingeridas (porque la persona queda satisfecha más rápido) con la consecuente disminución de calorías aportadas al organismo.Del estudio participaron 30 jóvenes, los que tuvieron que almorzar pasta, tomates y queso, pero de manera pausada y masticando mejor cada porción de alimento. Siguiendo este procedimiento los protagonistas de la investigación terminaban incorporando a su cuerpo 70 calorías menos que cuando lo hacían de la manera habitual.
En consecuencia, ahora existe un respaldo científico mediante el cual se establece una metodología eficaz para bajar de peso porque, al comer lentamente, se da tiempo al organismo de que envíe la señal de saciedad antes de que la persona consuma más de lo que verdaderamente necesita.
Los especialistas sugieren también que la cantidad ideal de veces que se debe masticar cada bocado se ubica entre las 20 y las 30. De esta manera el cuerpo puede contar con el tiempo necesario como para alertar sobre la presencia de la distensión estomacal y los cambios hormonales que se relacionan con el apetito y producir la sensación de saciedad.