Los bebés que nacen prematuros, es decir antes de que finalice el ciclo de gestación, deben recibir un cuidado especial hasta cumplir los dos años de vida, sobre todo si el peso al nacer fue menor a un kilo trescientos gramos. Debes recordar que los bebés prematuros crecen durante sus primeros años a un ritmo más lento que los nacidos al cabo de nueve meses.
Al momento de abandonar el sanatorio, asegúrate de tener programado un cronograma de consultas semanales con tu médico de confianza para que éste pueda supervisar el crecimiento del bebé y sus avances en general.
El profesional también te debe indicar el régimen de alimentos que debe consumir un bebé prematuro, donde seguramente se incluirá hierro, vitaminas y leche con fórmula especial si es que no le vas a dar de mamar.
A diferencia de otros bebés, los prematuros deben ser alimentados entre ocho y diez veces al día, procurando que no exceder las cuatro horas entre una comida y la otra, porque de lo contrario podría deshidratarse. Puedes tomar como guía, para saber si el bebé está recibiendo una cantidad suficiente de líquidos, la cantidad de pañales mojados que debería situarse entre seis y ocho al día.
Comparados con los que han nacido a término, los bebés prematuros duermen una mayor cantidad de horas al día, pero lo hacen por períodos más cortos y despertándose con más frecuencia.