Preservativo femenino

El condón vaginal, también llamado preservativo femenino es un método de barrera originado a comienzo de la década de 1990 en Estados Unidos e Inglaterra y que luego se extendió por todo el mundo con un éxito relativo.

El preservativo femenino no es otra cosa que una delgada funda que se ajusta de manera sutil a la pared vaginal y gracias a la humedad y la temperatura de ésta se adhiere con facilidad y sin producir molestias.

Utilizado de manera correcta el preservativo femenino tiene una efectividad de entre el 88 y el 98 por ciento y, cabe destacar, que los materiales en los que son manufacturados tienen mayor resistencia que los condones masculinos de látex. Una mujer puede llevar puesto este implemento hasta ocho horas.

La aparición del condón femenino devolvió, de alguna manera, el control de las relaciones sexuales y la protección de su salud física a las mujeres, las que dejaron de depender de que el varón desee o no utilizar un preservativo.

El preservativo femenino está compuesto por una funda prelubricada (sin espermicidas) transparente y dos anillos, uno se ubica en el interior de la vagina de manera muy sencilla y el otro se utiliza para cubrir los labios y el clítoris, diseñado de tal manera que no pierde su posición ni se introduce en la vagina.

Para colocar un preservativo femenino se deben seguir pasos similares a los utilizados para otros dispositivos, tal el caso de los tampones y los diafragmas. Se comienza por introducir el anillo interior en la vagina para luego, con la ayuda del dedo mediano dentro del preservativo, continuar introduciéndolo hasta alcanzar el fondo. Una vez finalizado el acto sexual, se debe dar un par de vueltas al anillo externo, evitando así que se escape el semen, y retirarlo.

Antes de comenzar a usar un preservativo femenino debes tener en cuenta lo siguiente: no debes esperar a que el pene esté erecto para colocártelo; no se deben usar simultáneamente un condón femenino y un preservativo masculino; no debes reutilizar un preservativo femenino; luego de finalizar el coito envuélvelo en papel higiénico y arrójalo a la basura, nunca al inodoro. Finalmente, es recomendable que consultes con tu ginecólogo antes de empezar a utilizar este u otro método anticonceptivo.

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