Las mujeres embarazadas deberían aumentar el consumo de yodo durante
todo el período de gestación, ya que de esa forma favorecerían la
síntesis de las hormonas tiroides, las que resultan fundamentales para
que se puedan desarrollar correctamente todos los órganos (sobre todo el
cerebro) del bebé.
Según los expertos, los
requerimientos de yodo que tienen los seres humanos van variando de
acuerdo a las diferentes etapas de la vida, aumentando la necesidad del
mismo durante la infancia, la lactancia y el embarazo, en este último
caso también es beneficioso para regular la frecuencia cardiaca y la
temperatura del cuerpo.
Para poder responder a los
requerimientos de yodo que tiene el feto, las mujeres embarazadas
deberían incorporar en sus dietas alimentas que contengan dicho mineral,
tal el caso de los mejillones, el salmón, los mariscos, el bacalao, las
sardinas, además de otros productos de mar. También se aconseja la
utilización de sal yodada a la hora de condimentar los alimentos.
Dejando
en claro la importancia que tiene el yodo en el desarrollo del bebé, en
2009 la representación de UNICEF que está ubicada en la ciudad de
Madrid lanzó una campaña bajo el lema “por su desarrollo, piensa en el
yodo”, porque según los datos del Ministerio de Sanidad y Consumo de
España las mujeres embarazadas no estarían consumiendo las cantidades
recomendadas.